domingo, 31 de mayo de 2020

Paralelas

Dicen que estamos en la primera fase... claro que si, porque esto no ha hecho más que empezar. Desde aquel frío enero hemos tenido que aprender de cero, otra vez, desde la nada, porque es como si antes de todo aquello no hubiera existido realmente nada. Y no lo ha hecho, no había nada igual porque sencillamente no éramos. Desde cero, desde todo lo que llevamos dentro y desde hace mucho mucho tiempo. Más tiempo del que contemplan los aniversarios que no se sabe en qué momento inundaron el calendario. Aniversarios de silencios cómplices, calendarios de años que nadie más vivió. Y entre todas esas cifras que son los días, llantos, sonrisas y un listado de imposibilidades que hemos ido destruyendo a base de paciencia, de dulzura y vanidad. No era fácil mirarse al espejo y verte en el reflejo formando parte de mí, una misma esencia, un mismo alma que se conoce demasiado y se aborrece por momentos, pero, ¿quién podría entenderte mejor? ¿quién podría ver más adentro? ¿quién podría odiarte y amarte hasta la extenuación? nos obliga una fuerza mayor que nosotros mismos, un deber vital que asumo con inmensa fortuna y curiosidad. ¿Sabes? Siempre he tenido la sensación de que hay dos vidas para cada uno de nosotros, para todos, que fluyen en paralelo y nunca llegan a tocarse, dos oportunidades al fin y al cabo. De las mías una se ha parado y la otra ha salido en tu busca como alma que lleva el diablo. De las tuyas, una se paró, y la otra ha puesto el retrovisor para verme llegar. He leído que "las lineas paralelas se hacen secantes, es decir: se cruzan en el infinito" pues bien, porque desde aquel enero ya no tengo frío, ni prisa, ni miedo.



"Querer a las personas como se quiere a un gato, con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin intentar cambiarlo, dejarlo que se acerque cuando quiera, siendo feliz con su felicidad"
JULIO CORTÁZAR




* Pintura de Egon Schiele, 1917

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