En noches como estas siento que es cierto, que tiene que llover. Las gotas chocando violentamente contra el cristal saben de mi locura. Se desparraman y pasan a formar parte de minúsculas partículas que nada importan frente al estruendo atronador y el inmenso charco que se forma en mis pies. La gravedad hace el resto. Me fundo con el torrente que la nube descargó, caprichosa y soberana, a la que otras siguen tímidas, tardías, cerrando la procesión. Me fundo y tras el violento choque me pierdo en agua. No existo bajo la lluvia y por fin respira mi piel. No existo mas que en un chapoteo y de forma descarada me escondo tras el reflejo del que se mira intentando fundirse también. No existir mientras dure la tormenta es pretencioso, pero no mojarse es impensable y hoy yo no quiero ser.
" También es como el río interminable que pasa,
y queda y es cristal de un mismo Heráclito inconstante,
que es el mismo y es otro, como el río interminable"
Jorge Luis Borges
Un borbotón de palabra y emoción construido con gotas de lluvia. Enhorabuena!
ResponderEliminarSigo pensando lo mismo. Magnífico, como todo lo que escribes.
EliminarEscribes de maravilla. Las palabras adecuadas, todo. Me gusta.
ResponderEliminarMUchas gracias Anónimo
ResponderEliminary bienvenido a mi rincon de condimentos Rafael! gracias y encantada de que me leas :)