jueves, 19 de enero de 2017

Oro

-No escribes Ohara

No tengo gran cosa que contar, ni si quiera desahogos para insomnes. Condenado el corazón al ostracismo, en un destierro permanente, firmado y corroborado en letras de oro.

Un frio helador que camina hacia un templado que no se si mi piel podrá soportar. Es el justo medio de todas las cosas. ¿Después? puede que un punto y aparte que no presagie casi nada y lo diga todo. 
Es la sensación que se traduce en algunos terrenos entendidos en un "cuando tu puedas yo ya no querré" esa desidia que lo llena todo con frases hechas y asentimientos prolongados que se vuelven costumbre.
Por lo demás, caminos sin final, múltiples y escarpados, a prueba de meritoria resistencia.  
Y para frases hechas: "quien me entienda que me compre".

-¿Qué quieres Ohara?

Nada, absolutamente nada, el vacío está lleno de un gran clamor...

En letras de oro he rubricado esta pereza emocional. Y el oro no miente. 
Solo un deseo: que todo cuente, que todo sume, que todo nos desborde una vez más. 


"Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amàs
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caìda la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazòn
habìa que tirarlos
habìa que llorarlos
habìa que inventarlos otra vez"
JULIO CORTAZAR



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