Para conocernos es necesario explorar los límites.
En el límite de las cosas donde no existe una salida
más allá del vacío entendemos que es eso del ser.
Soy por exceso y por defecto.
Soy en la medida en que puedo vislumbrar el final del todo,
el del dolor, el de las sonrisas,
el final de una vía consagrada en la necesidad de querer más.
Tengo la vista al frente con el retrovisor del pasado,
dispuesto siempre a escupir la verdad.
Una mirada furtiva al ayer que no deja asomo de dudas
El ayer inmediato que es y prevalece.
Duermo mientras tanto
soñando imposibilidades
Duermo mientras tanto
soñando imposibilidades
Soy mucho, soy tanto,
soy nada y tan poco
y es irremediable.
Soy el que sabe que no es menos vano
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto
singular y plural, arduo y distinto,
del tiempo, que es uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.
JORGE LUIS BORGES
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto
singular y plural, arduo y distinto,
del tiempo, que es uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.
JORGE LUIS BORGES
* Pintura de Henri Matisse, "Portrait de Marguerite endormie", 1920
* https://www.youtube.com/watch?v=iWoQxk0-f0o
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