Hasta la extenuación

El presente no existe, es la transición misma de la vida.

                          El amor es así.

El amor no puede ser pasado, ni futuro. En la memoria se resquebrajan la pureza de los sentimientos, en el  futuro no alcanzamos a saber como de fuerte es nuestra capacidad de amar...

Es eso, ya lo sé, es el presente, si, la transición de la vida.

No se puede vivir sin amar como no se puede vivir sin presente. Continuo y continuadamente.

Amemos pese a los peros, pese a las correspondencias.

Amemos con la locura certera de no tener la certeza de soportarlo.

Amemos hasta la extenuación.

Amemos porque es el error necesario.

Amemos con el cielo como límite.

En indefinido, en infinito, con la mirada puesta en un horizonte incomprensible.

Muramos de amor, desfallezcamos.

Otorguemos a este exabrupto en el corazón la capacidad de componernos y descomponernos.

Regalemos la oportunidad dorada de que nos amen, no hay que pagar peajes, solo acepta.

Amemos mucho y sin medida, una, dos, tres millones de veces.

Aniquilemos las dudas.

Hagamos la guerra al amor ganando y perdiendo.

Juguemos a inventar mil maneras de querer sin querer.

Cuando el futuro nos alcance ni si quiera lo sabremos, será de nuevo y una vez más ese presente continuo que nos imposibilite tener en cuenta los sentimientos en pasado. Cuanto más futuro... más presente, menos pasado. Riámonos de los tiempos, amemos.

El amor no existe, es la transición misma del presente...

" Ésta es mi oración: Toma este anillo, que es un signo del enlace entre ella y yo, y cuando llegues a tierra, preséntate como un comerciante de seda y telas, de modo que ella pueda ver el anillo. Entonces sabrá que mi corazón la saluda y que sólo ella puede darle consuelo, y que si nada hace moriría. Recuérdale nuestro pasado y nuestra tristeza y toda la alegría que había en nuestro amor fiel y tierno. Ojalá los corazones hallen fuerza contra la inconstancia, pese al dolor y toda la amargura de amar. "

El Romance de Tristán e Isolda

Joseph Bedier

* Pintura de Salvador Dalí, "Tristán e Isolda", 1944