miércoles, 16 de enero de 2013

Saboreando*


¿Ves hijo? Es redonda, tiene un principio constante,
 lo mires por donde lo mires, el final no se conoce pero el tiempo 
acaba con todo, con ella también y nos da la medida de las cosas.
Es luminosa, tiene luz porque es luz en si misma. El sol y sus sombras la baña y oculta.  El color depende de su madurez y del cambio de estación. Es dulce y amarga, encierra el jugo y la sustancia que, dependiendo de las circunstancias, nos dan nuestros pasos.
Es una de muchas, pero no hay dos iguales. Crecen todas del mismo modo, pero no satisfacen ni a los mismos paladares ni a las mismas expectativas.
¿Ves hijo? Nuestras vidas son como esta naranja. Empieza a pelarla, saborea su esencia y piensa que, al final, lo único que te va a importar es si amarga o endulza tus días.





"(...)No es verdad, vida, 
eres bella como la que
yo amo, 
y entre los senos tienes 
olor a menta.
Vida, 
eres una máquina plena,
felicidad, sonido de 
tormenta, ternura de
aceite delicado.
Vida: eres como una 
viña, atesoras la luz y
la repartes,
transformada en
racimo.
El que de ti reniega, 
que espere un minuto,
una noche, un año corto
o largo, que salga de la
soledad mentirosa,
que indague y luche, 
junte sus manos con 
otra manos, que no 
adopte ni halague a 
la desdicha,
que la rechace
dándole forma de 
muro como a la piedra
los picapedreros, que 
corte la desdicha y se
haga con ella pantalones
La vida nos espera
a todos los que amamos 
el salvaje olor a mar y
menta que tiene 
entre los senos"

Pablo Neruda

* Pintura de Pablo Picasso "Madre e hijo (saltimbanquis)" 1905.

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