viernes, 29 de abril de 2011

Todo es vanidad.


"Vanidad de vanidades -dijo el predicador- todo es vanidad"

Resucito en cada una de esas palabras porque sin quererlo se han convetido en el pilar que sustenta mis días. Nunca creí que la vida estuviese llena de horas tan caras en donde las sonrisas se cuentan con los dedos porque son imprescindibles para respirar. Vanidad de vanidades, caminar, continuar y no mirar atrás. La desesperanza generalizada se maquilla con delicados compases de eternos engaños. Ante nuestros ojos están todas las respuestas y en nuestra cabeza los lastres más pesados para desoir el porqué de ciertas preguntas. No vemos, no miramos, no escuchamos, ni oimos. En un intento desafortunado de querer decir sí, decimos no, porque el camino más fácil es placer a corto plazo. El placer, la vanidad, caminar, continuar y no mirar atrás. Pocas horas nos separan del final y aún menos son las que ya trazaron nuestras conciencias, cansadas de querer ser sin ser, de querer huir sin buscar una salida real. Crueles son las intenciones del hombre, amargas las de aquellos que nunca se podrán pronunciar. Si vivir es esto, vivamos, vivamos! porque "sin sentido! sin sentido!" - dijo el maestro- ¡nada tiene sentido!

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