lunes, 6 de diciembre de 2010

La penitencia del deseo.


Madame Bovary sabía que detrás de todo lo que parece, a simple vista, existían cosas que a simple vista no se ven. Ese paraíso de las pequeñas cosas, de las cosas que solo nacen para ser degustadas por unas pocas bocas ... cosas que no tienen razón de ser sin un alma sensible que las de forma.
Madame Bovary pensaba que solo con desearlas, las cosas que anhelaba volarían deseosas de servirla a placer.

Madame Bovary creía que el tiempo no pasa cuando uno no quiere, porque cada cual es dueño de su propio destino sin importar cuantas personas lo toquen.

Madame Bovary tenía la extraña sensación de que el mundo guardaba en sus entrañas algo que había sido creado solo para Madame Bovary


Lo que ella no sabía es que las pasiones, como todo, son efímeras; que el corazón, como el cuerpo, se marchita; que los hombres, como humanos, se desgastan; que la vida, como tiempo, se agota.
Madame Bovary nunca dijo "no" por no negarse a sí misma, por no aceptar que el conformismo en ocasiones es acomodo para el alma, por no querer perder ni una sola de esas cosas que el mundo habia guardado para ella...

Tengo la extraña sensación de que Oscar Wilde conoció a Madame Bovary, creo que ellos bailaron juntos aquel vals ... de no ser así, no me explico porque escribió aquellas palabras ...


"¿Quieres amar? Recita las letanías del amor y las palabras crearán el deseo ardiente de donde se imagina el mundo que brotan."

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