Suena New Order y he decidido escribir un poco más, unas líneas más por enésima vez. Sentirse vivo en una canción solo dura cuatro minutos, vamos a aprovechar el momento, vamos a etiquetar esta sensación como si de una auténtica ceremonia se tratase, el rito solemne de concentrarlo todo en un pequeño espacio de tiempo. Hagamos que parezca insignificante para todo lo que llevamos dentro.
Me gustaría acordarme cada día de este instante, solo un rato para reunir este calor inmenso que me come las entrañas... y se va a terminar, avanza la melodía y se va a acabar; es solo lo que siento, no hay porqué entenderlo. Un sábado que quisiera ser un domingo de aquellos enclavados en lo que ya parece una eternidad. La misma fugacidad en la que estaban contenidos los sueños de entonces caben en estos cuatro minutos, o en una caja. Que todo es distinto ya, pero seamos sinceros, de corazón, que todo es igual. "Watching love grow, forever, letting me know, forever..." Llegan los último acordes, la memoria no descansa pero que si esto es en sí mismo la felicidad, y es tan fácil y está en mi mano retroceder, que si son cuatro minutos, al menos solo hoy pulsar y empezar otra vez.
*Pintura de Marcel Duchamp, "Le Roi et la Reine entourés de nus vites", 1912.
"(...)Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con vigilia y con sueño,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
Y en tu memoria me vuelvo como esos
que no nacieron ni en llanos ni en sotos(...)"
GABRIELA MISTRAL
*Pintura de Marcel Duchamp, "Le Roi et la Reine entourés de nus vites", 1912.
No hay comentarios:
Publicar un comentario