He salido a pasear por los caminos que mil veces recorrí, he pasado delante de la misma casa abandonada que ya existía antes de mi y por primera vez he entendido el letrero que engalana la vieja puerta carcomida: "no hacer daño, nada de valor".
Un aviso para los amantes de lo ajeno o una advertencia desesperada que hago mía y te lanzo en estas líneas.
Nunca has sabido lo mucho que te quiero, puede que sea una consecuencia natural de nunca habértelo dicho, por eso no debes sentir responsabilidad ni dolor.
El dolor que atesora quién deslumbra sin querer.
Esa culpabilidad que es un peaje obligatorio por inspirar, por ejemplo, mi vida.
"Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes"
JORGE LUIS BORGES
* PINTURA DE PAUL GAUGUIN, LA CASA EN PAN-DU
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