viernes, 21 de julio de 2017

Los herederos

No somos dueños del tiempo, por lo que no somos dueños de nada.
La incertidumbre es cuestión de tiempo y también el dolor, la felicidad y la necesidad.
Las posesiones se estropean, se caducan, el cuerpo se marchita.
Un ladrido lejano, una guitarra sonando por debajo de las risas que se oyen cercanas, la brisa, este sabor... todo esto también pasará.
Una construcción de pilares endebles sobre la que se sustenta todo en lo que creemos, todo lo que mantenemos en las manos mientras estas nos responden. Un estímulo, una idea, un pensamiento.
Estamos en posesión consciente e inconsciente de una nada que nos pertenece, eso si, plenamente nuestra y ahora. El recuerdo es esa nada que tiene memoria y mañana también será nuestro.
Pero dice Salvador que el tiempo es una de las pocas cosas importantes que nos quedan...  ¡y yo te admiro tanto! y te creo, creo en ti como si un dios pintase únicamente anacronias... Materia deleznable, en eso si que estarías de acuerdo con Jorge Luis.
Somos herederos legítimos del vacío más absoluto, brindemos por ello y porque no hay de qué preocuparse, que este tiempo también pasará.



Está bien que se mida con la dura 

Sombra que una columna en el estío 
Arroja o con el agua de aquel río 
En que Heráclito vio nuestra locura 

El tiempo, ya que al tiempo y al destino 
Se parecen los dos: la imponderable 
Sombra diurna y el curso irrevocable (...) 

Todo lo arrastra y pierde este incansable 
Hilo sutil de arena numerosa. 
No he de salvarme yo, fortuita cosa 
De tiempo, que es materia deleznable
JORGE LUIS BORGES

* Pintura de Salvador Dalí. 




1 comentario:

  1. El tiempo pasa, los recuerdos permanecen. Por eso lo más importante es el verdadero amor, ese no pasa.

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