domingo, 30 de abril de 2017

Armonía

"La lluvia es una cosa que sin duda sucede en el pasado"... sin duda, Borges.
En el pasado donde todo es ya y donde nada acaba nunca. Un refugio de permanente bienestar, si a lo selectivo de la memoria nos aferramos y si en el afán de intentar la felicidad nos instalamos.
Y qué primavera más extraña, no nos ha dejado terminar de mudar la piel. No nos ha permitido acabar de desperezarnos y abrir las alas, ni buscar refugio por si llovía. A pie cambiado.
Ya ha llovido, qué razón tienes Borges.

Un poco, un alivio del cielo para nuestras vísceras más secas que de costumbre.
Nuestras súplicas han sido escuchadas, en algún eco remoto del más remoto de los deseos. Baña el campo y hay que dar las gracias a los cielos, a la tierra, a los orantes. Nos bañan las pupilas y por fin respiro, porque esa luz que brilla gris no me daña, pienso con algo de claridad y se abre otro mundo nuevo, distinto al que fue cuando llovía.
Pero llueve y llovía y qué primavera más extraña Borges, renacen y mueren los sentimientos más extremos con la naturalidad de la flor que brota, sin querer, con un poco de sol, con a penas dos gotas de agua.


"Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.

Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.

Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto

Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto"
JORGE LUIS BORGES
 
 
* Pintura de Salvador Dalí, "Primeros días de primavera", 1929. 

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