sábado, 16 de julio de 2016

En esencia

Hay cuatro o cinco cosas en esta vida por las que merece la pena vivir.
Despeinarte, la lluvia, las miradas que te regalan las personas que te quieren.

"No pienso pedir perdón por intentar ser feliz"
Un mantra que me he repetido tantas veces que ha terminado por convertirse casi en una obsesión.
No renunciar a nada hasta hacer que las cosas te renuncien a ti, ese inequívoco que pronunció el más grande cronopio que haya nacido y muerto en la tierra.

Cuatro o cinco cosas que te obligan a levantarte cada día para retomar un aliento que resucite a los poetas. Inspiración para caminar...

El miedo a perderlo todo, la alegría de ganar a veces, la esperanza de ganar siempre...
Un puñado de cosas que te remiendan el alma a cada segundo.
La brisa desatada contra las mejillas, unos zapatos para levantar el espíritu, un licor embriagador y un poco de humo cegador...

Y en la caja de las cosas, las que te regalan vida sin pedir nada a cambio, la incertidumbre de tenerte y no, de besarte y no, de contemplarte cerca y nunca.
El latido violento del corazón cuando me tocas, tus sonrisas... portavoces de un ataque de sincericidio tan inevitable como deseado.

Y así sucesivamente hasta proclamar la guerra a la mediocridad. ¿Cuántas veces hay que perder para ganarlo todo? No me importa nada. Me vale un segundo de satisfacción en la lucha por lo inalcanzable.

Quiero irme de este mundo atesorando segundos de viva pasión transformada en hechos incuestionables. Marcharme despeinada, calada hasta los huesos, con la foto mental de todos los que me quisieron y me lo demostraron en tres parpadeos, quiero perderlo todo, ganarlo todo y vivir con la esperanza de ganar siempre. Que la brisa arrastre mis mejillas y las hunda en el campo más cercano... "hecha de espiga y sol..." subirme a los zapatos para alcanzar mi espíritu indomable y embriagarme entre humo y alcohol con los versos de los que nos precedieron y en sus letras nos sobrevivirán.

Quiero guardarte en mi mente, sin tenerte nunca, jugar a la vanidad a sabiendas de que puedo dártelo todo... con la certeza de que no puedo darte nada. Quiero recordar siempre el tacto de tu boca mientras para el resto del mundo se desvanecen nuestros momentos. ¿Qué sabe nadie?
Quiero pelear en mis sueños por poseerte cuando quiera sin sonrojarme por quererlo.
Se que sabrás perdonarme por quererte así, aunque estemos destinados a no ser.

Quiero vivir a mi manera y nunca pedir perdón por intentar ser feliz... aunque le joda al universo.


"No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,

sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …"

WALT WHITMAN



* Pintura de Rene Magritte, La Bataille de lArgonne

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