jueves, 5 de mayo de 2016

La ruleta

Creo que le dí más licencia al tiempo de la que debía.
Que ocupó todo mi espacio a sabiendas de que nunca me sería devuelto.
Tuve el miedo de no dominar mis horas, ni las tuyas...
Ahora lo sé, el reloj corre para los dos, sincronizados los segundos que se ahogan en nuestra garganta.
Qué tímido nuestro pasado y que cobardía la del futuro.. qué arrebatador nuestro presente.
Puede que nos comamos el tiempo algún día y dominemos las horas, las tuyas, las mías...
...las nuestras.
También puede que perdamos aún apostando con la técnica del tres, ya sabes: al blanco, al negro, medias...

Puede que muramos, si, pero estoy convencida de que solo matando.




"Después de todo -pero después de todo- 
sólo se trata de acostarse juntos, 
se trata de la carne, 
de los cuerpos desnudos, 
lámpara de la muerte en el mundo. 

Gloria degollada, sobreviviente 
del tiempo sordomudo, 
mezquina paga de los que mueren juntos. 

A la miseria del placer, eternidad, 
condenaste la búsqueda, al injusto 
fracaso encadenaste sed, 
clavaste el corazón a un muro. 

Se trata de mi cuerpo al que bendigo, 
contra el que lucho, 
el que ha de darme todo 
en un silencio robusto 
y el que se muere y mata a menudo. 

Soledad, márcame con tu pie desnudo, 
aprieta mi corazón como las uvas 
y lléname la boca con su licor maduro"

JAIME SABINES





* Pintura Max Ernst, Long Live Love, 1923

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