viernes, 4 de marzo de 2016

Dadá...

No se trata de melancolía. ¿Cuándo no me acompañó? de por vida, en cada poro de mi piel llevo tatuado el desastre que es el recuerdo permanente, la tensa espera con el retrovisor siempre a punto.
Es la intensidad de querer vivirlo todo en estas cuatro paredes. De volar sin abrir la ventana, de correr sin tener camino, de sonreir sin motivo y llorar sin pena.

Es otra cosa...

Hoy es Chet Baker, ayer una pelirroja que canta como un ángel y rasga la guitarra como quien se peina sin tiempo.
Es la vehemencia de ansiar lo que no está y vivirlo mejor, de ganar y perder todas las veces, otra vez.

Me duele cada compás y me hace más fuerte, me siento más grande en este túnel, llorando sin pena, sin el conocimiento exacto de cuál es el gramo de "melancolía" que inunda hoy este trozo de piel... Un ´hoy´ listo para pasar a mejor vida...

Las fragancias más reconocibles, más nítidas las imágenes que fueron protagonistas de todo...

¿quién puede quererse menos, quién puede entenderse peor, quién puede regocijarse más en la nada y ver como el tiempo se come las cuatro migas que quedaban?

¿ y a quién puede importarle menos?

No renuncio a nada.

No es melancolía, es la lluvia... es ...


"Tuve el valor de mirar hacia atrás

Los cadáveres de mis días
Marcan mi camino y les voy llorando
Unos se pudren en las iglesias italianas
O en pequeños bosques de limoneros
Que florecen y fructifican
Al mismo tiempo y en todas las estaciones
Otros días lloraron antes de morir en las tabernas
Donde ardientes ramos rodaban
Ante los ojos de una mulata que inventaba la poesía
Y las rosas de la electricidad se abren aún
En el jardín de mi memoria"

GUILLAUME APOLLINAIRE





* Pintura de Marc Chagall, "Blue circus", 1950.

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