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Se estrechan las paredes de mi habitación, cada vez más llenas de recuerdos que ya no me dejan sitio para respirar. Las ventanas son pequeñas para que entre todo el aire que necesito y mis ojos no admiten mas parpadeos porque no quieren ver la realidad.
Segundos que se hacen eternos, minutos que parecen horas y horas que quieren ser días. Como una niña pequeña que se acuesta pronto con la ilusión de las sorpresas de un nuevo sol, quiero dormir durante meses para burlar al tiempo, sin ilusión, solo con la esperanza de saber que todo esto ha pasado, que ya no duele y que no me dolerá más.

"Presiento que a chorros se escapa, la magia de mi alma gastada"

Quiero vender los trozos de mi alma y comprar una nueva, sin pretensiones ni aires de grandeza, una pequeña para no sentir demasiado ni que me pesen los "quizás". Un alma a la medida de un corazón que no quiere palpitar más de lo necesario.
Quiero un alma que no le de alas a mi boca para hacerte sufrir, comedida y espectante, modesta y sincera. Que se siente a tu lado sin miedo a provocar el más mínimo desaire. Quiero un alma vacía para llenarla de sentimientos nobles y puros, discretos y tranquilos.
Tu ya no quieres, no puedes callar. Yo siento que nada de lo que pronuncien mis labios puede hacerte cambiar...

Inmensas tempestades de sentimientos encontrados, torbellinos de silencios oscuros que sólo pueden matar, cristales rotos y gargantas destrozadas por querer decir sin hablar...