El reflejo de una vida

Se despierta cada dia pensando que decidir ser hoy, consciente de que puede ser lo que quiera.

Se contonea por las calles pisando fuerte y sintiendo que anónimamente está trazando una linea firme y recta bajo sus pies.
Suele gustarse cuando está en compañía de aquellos por los que abre los ojos cada dia y siente que pese a todo siempre podrá presumir de ello.
Conoce el encanto de un lapicero bien afilado y una hoja en blanco que tiembla ante ese nuevo arranque, ¿hoy que será?, ¿una porción más de su corta existencia?, ¿quizás una burda imitación de la esencia de los que la vigilan desde la estantería? o ¿un puñado de sal que haga de esas lineas algo digno con lo que otros puedan perder el tiempo?
Saborea el humo y la cafeina como manjares del cielo, porque no hay nada más exquisito que los placeres que se puede permitir.
Respira hondo antes de decir todo aquello que piensa a sabiendas de que no va a ser el centro de la admiración de unos cuantos y se siente cómoda con esa suerte.
Advierte las miradas y juega a imaginar...
Se sienta en cualquier rincón a contemplar las paredes que ahora encierran voluntariamente su pasos
Disfruta con los acordes de esas melodías, con el olor de ese aire, con el sabor de esos días.
Los recuerdos invaden su vida y la proyectan al futuro con una media sonrisa cómplice de que quizás "cualquier pasado fue mejor"
No teme al futuro, tiene media batalla ganada a la vida o por lo menos creerlo le ayuda a estar más cerca de la victoria...
Sólo teme llegar al final de los días e inevitablemente pensar: ¿para quien he vivido?

El espejo me devuelve incertidumbre ante estas cuatro palabras...

"El corazón pide placer primero,
después, ser excusado del dolor
y luego esos pequeños anodinos
que ahogan el sufrimiento.
Y luego ir a dormir
y más tarde, si esa fuera
la voluntad de su Inquisidor

el privilegio de morir..."

Emily Dickinson